
Mujeres en la masonería
Mujeres en la masonería: una historia de inclusión y transformación
«Entre columnas, episodio 2»
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Si bien la masonería ha sido históricamente percibida como un espacio exclusivamente masculino, la realidad es muy diferente. En el segundo episodio del pódcast Entre columnas, auspiciado por la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), se aborda el papel de la mujer en la masonería a través de un diálogo enriquecedor con dos invitadas que representan diferentes generaciones de masonas: Paula, aprendiz recientemente iniciada, y Ascensión Tejerina, quien fue la primera mujer en dirigir una organización masónica en España entre los años 2000 y 2006.
Acompañadas por los conductores del programa, Silvia y Antonio, las invitadas comparten sus experiencias, desde la sorpresa inicial al descubrir que la masonería mixta es una realidad hasta la consolidación de las mujeres en posiciones de liderazgo dentro de la orden. A lo largo del episodio, se traza un recorrido histórico que pone en evidencia los obstáculos superados y el camino que aún queda por recorrer.
Mujeres en la masonería: un camino de lucha y reconocimiento
La presencia femenina en la masonería ha estado condicionada por barreras que tardaron siglos en derribarse. Silvia explica este proceso y destaca que, aunque la masonería moderna defiende la igualdad, no siempre fue así. “Cuando la mayoría de la gente piensa en masones, a todo el mundo le viene a la cabeza esos hombres mayores con delantales y ritos sagrados. Pero, como vamos a comprobar, hay mujeres”, señala.
En el siglo XVIII, en Francia, se permitió por primera vez la presencia de mujeres en logias, aunque bajo un rito de adopción controlado por un masón de alto grado. En España, la situación comenzó a cambiar en 1868, cuando algunas logias de adopción aceptaron mujeres, aunque sin otorgarles un reconocimiento pleno. Con la llegada de la Segunda República, la igualdad de derechos se extendió a la masonería, pero la dictadura franquista truncó estos avances y persiguió tanto a masones como a masonas. Muchas fueron encarceladas o forzadas al exilio.
A pesar de la represión, la masonería femenina logró resurgir. Ascensión Tejerina aporta un dato significativo: “El 15 de mayo de 1987, en la Logia Regeneración de Cádiz, se inician las hermanas Amalia y Ana Carmina. Somos casi pioneros en la entrada de la mujer a la masonería”.
De la duda a la certeza: el testimonio de Paula
Uno de los momentos más reveladores del episodio es cuando Paula, aprendiz de masonería, comparte su sorpresa al descubrir que podía formar parte de la orden. “Yo pensaba que directamente no podía entrar por ser mujer, porque la información que había llegado hasta mí era que las mujeres no podían ser masonas”, confiesa.
Su proceso de ingreso estuvo marcado por ese escepticismo. “Me sorprendió mucho porque quien me hizo la entrevista y era una mujer. Pensaba: ‘Ostras, una mujer me está entrevistando y quiero ser masona… No sabía que podíamos ser masonas’”, relata.

Mujeres en la masonería mixta: una realidad consolidada
A lo largo de la conversación, se aborda la diversidad dentro de la masonería, que incluye logias masculinas, femeninas y mixtas. Silvia aclara que la masonería mixta no solo integra a hombres y mujeres, sino que también acoge a personas de diversas identidades de género. “Cuando hablamos de masonería mixta, hablamos de todos los géneros. Hay personas que no se sienten ni hombres ni mujeres y que pueden encontrar su espacio aquí”.
Antonio refuerza esta idea al señalar que la GLSE ha recibido a masones provenientes de logias masculinas que, al llegar a España, encontraron en la masonería mixta un espacio de acogida y reconocimiento.
Sin embargo, no todas las obediencias masónicas reconocen a la masonería mixta como legítima. Silvia apunta: “Nosotros reconocemos a todos por igual, pero no todas las obediencias hacen lo mismo. No todas consideran a todos los masones como iguales”.
Rompiendo mitos: la percepción social de la masonería
Otro punto clave del episodio es la manera en que la masonería sigue siendo vista con recelo por la sociedad. Paula confiesa que, al iniciar su camino, tenía miedo de estar entrando en algo clandestino o sospechoso. “Lo primero que hice fue contarle a mi familia que me llamaba la atención la masonería, pero también les dije ‘Si me pasa cualquier cosa, que sepáis que he ido aquí y que este ha sido mi último sitio’”.
Silvia también comparte anécdotas sobre la desinformación que existe en torno a la masonería. “Le pregunté a mi padre si sabía lo que era la masonería y me dijo ‘Sí, esos que cuidan masías’. Luego le pregunté a mi tía y me dijo ‘Sí, los que quieren dominar el mundo’”.
Cerrando con música y fraternidad
Como es tradición en Entre columnas, el episodio finaliza con una pieza musical. En esta ocasión, los oyentes pueden disfrutar de la interpretación de Sarasate por la violinista Anna Emilova.
Puedes escuchar el pódcast completo en IVOOX.
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