Cómo entrar en una logia masónica
«Guía práctica y reflexiva para personas interesadas»

Aportado por Redacción
La masonería, una de las instituciones más antiguas y discretas del mundo occidental, sigue despertando interés, admiración y muchas preguntas. Para quienes sienten curiosidad o incluso vocación por este camino simbólico, ético y personal, surge una cuestión fundamental: ¿cómo entrar en una logia masónica?
Este artículo está escrito para ti, que quizá has oído hablar de la masonería, has leído sobre ella o conoces a alguien que forma parte de una logia. Aquí encontrarás una guía clara y respetuosa para entender cómo entrar en una logia masónica, cuáles son los requisitos y el sentido profundo de esta elección. Lejos de mitos y prejuicios, nos acercamos a la realidad de un proceso iniciático que aún hoy mantiene su vigencia.
¿Qué es una logia masónica?
Una logia masónica no es simplemente un lugar físico. Es una comunidad de personas libres y de buenas costumbres que se reúnen periódicamente con el fin de trabajar en su mejora individual y colectiva. Cada logia tiene sus símbolos, rituales y estructura, pero todas comparten una aspiración común: la construcción simbólica del ser humano mediante el conocimiento, la ética y la fraternidad.
El espacio de la logia —material y simbólico— se concibe como un templo de reflexión. Allí no se imparten dogmas ni se dictan verdades absolutas. Lo que se cultiva es la búsqueda, el pensamiento libre, el diálogo y el respeto.
¿Quién puede solicitar el ingreso?
En contra de lo que muchas personas imaginan, la masonería no recluta ni busca activamente miembros. Es la persona interesada quien debe dar el primer paso.
Los requisitos suelen incluir:
- Ser mayor de edad (en la mayoría de logias, 21 años; en algunas, 18).
- Gozar de buena reputación y no tener antecedentes penales graves.
- Tener libertad de pensamiento y disposición al trabajo interior.
- Estar dispuesta a respetar la diversidad de opiniones, creencias y orígenes.
- No pertenecer a grupos contrarios a los valores humanistas y democráticos.
Es importante subrayar que la pertenencia a una religión o la falta de ella no es un impedimento. En obediencias como la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), no se exige creer en Dios: pueden ingresar personas creyentes, agnósticas o ateas, siempre que respeten la libertad de conciencia ajena.


”Lejos de mitos y prejuicios, nos acercamos a la realidad de un proceso iniciático que aún hoy mantiene su vigencia.”
Primer paso: expresar tu voluntad
Si te preguntas cómo entrar en una logia masónica, debes saber que la masonería no llama a tu puerta. Es fundamental que des tú el primer paso. Puedes hacerlo:
- A través del formulario de contacto, contactando con una logia u Obediencia.
- Por medio de una persona masona de tu entorno.
- Participando en conferencias o actividades públicas de una logia.
Una vez expreses tu interés, es habitual que se te pida una carta de presentación donde expliques quién eres, por qué deseas entrar y qué esperas encontrar. Esta carta no es un trámite: es una primera expresión de tu búsqueda personal.
¿Qué sucede después?
El proceso de conocimiento mutuo puede durar semanas o meses. Incluye generalmente:
- Entrevistas personales con integrantes de la logia.
- Conversaciones abiertas, donde puedes plantear tus preguntas.
- A veces, la elaboración de una breve reflexión escrita.
Este no es un examen, sino un camino de exploración compartida. Se valora tanto la motivación como la afinidad y la disposición al trabajo simbólico. Es importante saber que la masonería no es para todas las personas, ni todas las personas son para la masonería, y eso está bien.
La votación y la iniciación
Si ambas partes consideran que hay una buena sintonía, tu candidatura se somete a votación secreta en la logia. Si el resultado es positivo, se te invitará a participar en la ceremonia de iniciación: un rito simbólico que marca tu ingreso como aprendiz.
No se trata de una representación ni de una prueba. Es un pasaje simbólico intenso y transformador, vivido en soledad acompañada, que marca el inicio de un nuevo camino de autoconocimiento y trabajo interior. Por respeto a la tradición, no se revelan sus detalles, pero quienes la han vivido coinciden en que deja una huella profunda.
¿Qué se espera de ti como nuevo miembro?
Comprender cómo entrar en una logia masónica también implica saber qué ocurre después. A partir de tu iniciación se espera:
- Participación regular en las tenidas (reuniones de logia).
- Compromiso con tu trabajo personal: lecturas, reflexiones, presentaciones simbólicas.
- Discreción y respeto hacia las demás personas de la logia.
- Una actitud abierta, humilde y activa en el proceso de aprendizaje.
La masonería no ofrece poder, dinero ni prestigio. Ofrece un camino, un lenguaje simbólico, y una comunidad comprometida con la mejora de sí y del mundo.

Preguntas frecuentes que todas las personas nos solemos hacer antes de solicitar el ingreso en una logia masónica
¿Debo creer en Dios?
No necesariamente. Depende de la obediencia masónica a la que desees acercarte. Algunas logias tradicionales exigen la creencia en un principio creador o “Gran Arquitecto del Universo”. Sin embargo, en la Gran Logia Simbólica Española (GLSE) y otras obediencias liberales, se defiende la libertad absoluta de conciencia, por lo que pueden ingresar personas creyentes, agnósticas o ateas. Lo esencial no es la fe, sino el respeto a la pluralidad de ideas.
¿Cuánto cuesta?
Ser masona o masón implica una contribución económica periódica. Se suelen pagar cuotas anuales o trimestrales que permiten cubrir los gastos del templo, materiales rituales, biblioteca, actividades formativas o solidarias, etc. Los importes varían según el país, la logia y la obediencia, pero en general son razonables y proporcionales al funcionamiento de una asociación sin ánimo de lucro. Algunas logias ofrecen facilidades en caso de dificultades económicas justificadas.
¿Qué tipo de compromiso supone?
La masonería requiere presencia regular en las tenidas (reuniones), así como dedicación a los trabajos personales y colectivos. También se espera discreción, actitud ética, respeto a la diversidad y voluntad de mejora continua. No se trata de una afiliación pasiva, sino de una participación activa y simbólica. Eso sí: cada persona establece su propio ritmo de evolución.
¿Hay secretos?
Más que secretos en el sentido común del término, hay aspectos rituales y simbólicos que se preservan en discreción, para mantener el valor de la experiencia iniciática. Estos elementos no son secretos por ocultismo, sino porque su sentido profundo solo se revela plenamente cuando se vivencian. La masonería no se basa en conspiraciones ni sociedades ocultas, sino en el trabajo personal y colectivo a través del símbolo y el rito.
¿Puedo salir si cambio de opinión?
Por supuesto. La libertad es un principio fundamental de la masonería. Quien desee retirarse, puede hacerlo en cualquier momento y sin necesidad de dar explicaciones. Algunas personas entran, permanecen unos años y luego siguen su camino por otras vías de desarrollo personal. La masonería no retiene a nadie ni condiciona la vida fuera de la logia.
¿Puedo ser masona o masón sin tener estudios o una determinada cultura?
Sí. La masonería no es una élite intelectual, aunque promueve el pensamiento crítico, la curiosidad y el deseo de aprender. Lo importante es la actitud: voluntad de mejora, apertura de mente y compromiso ético. Muchas logias están formadas por personas de orígenes, profesiones y trayectorias muy diversas. La riqueza está precisamente en esa pluralidad.
¿Puedo pertenecer a otra religión, partido o asociación?
Sí, siempre que no sean incompatibles con los valores humanistas, democráticos y de respeto a la dignidad humana que la masonería defiende. La masonería no interfiere en la vida personal ni exige exclusividad. Eso sí: dentro del templo no se discuten temas partidistas ni se hacen proselitismos religiosos, para preservar un espacio común y simbólicamente neutro.
Conclusión: una decisión libre y transformadora
Ahora ya sabes cómo entrar en una logia masónica: expresando tu voluntad, mostrando tu disposición y recorriendo un proceso reflexivo y simbólico. No se trata de buscar certezas externas, sino de abrirse al trabajo interior y al diálogo con otras personas comprometidas con su mejora personal.
Decidir cómo entrar en una logia masónica puede marcar el inicio de una transformación personal profunda, si se hace con honestidad y convicción.
Si algo en ti resuena con este camino, no lo descartes. La masonería no tiene prisa, pero sí profundidad. Es una escuela de vida para quienes desean mirar el mundo con otros ojos.